17 enero 2010

VIVENCIAS EN PEÑA DEL HIERRO VIII

La iglesia
............El culto religioso se celebraba en una improvisada capilla, que fue reubicándose hasta la construcción de la definitiva Parroquia a comienzos de la déca­da de los 60. La capilla estuvo inicialmente en Los Cuarteles, para después ser tras­ladada a una vivienda de las Casas de Empleados, junto al campo de tenis, y pos­teriormente a la escuela, al ser cedida la casa a un nuevo Facultativo de Minas, D. Antonio Moreno Expósito.
............En la casa junto al campo de tenis asignada al Cura, que era el párroco de Nerva y se desplazaba en taxi los domingos para celebrar la Misa, tenían lugar los distintos cultos religiosos en una habitación habilitada como capilla que daba a la marquesina, desde la que los hombres participaban en el culto, normalmente de pie, mientras en el interior las mujeres disponían de asientos.

............La casa era utilizada por el Cura como residencia veraniega, quien la denominó Castelgandolfo, como la residencia de verano del Papa. En los periodos estivales disfrutaba del jardín que él mismo cultivaba con gran variedad de flores, logrando un entorno fresco y agradable. Solía descansar bajo la sombra de una pér­gola cubierta de enredaderas y llena de flores que tenía a la entrada del jardín. Lo recuerdo sentado en un gran sillón de mimbre, leyendo el periódico El Correo de Andalucía, con una copa de aguardiente puesta en un regatón, en el agua que salía fresquita de la manguera. Así permanecía hasta el mediodía, momento en que iba a bañarse en la alberca del huerto de la Casa Dirección, situada en las inmediacio­nes. Por las noches compartía la compañía de los empleados en el club, jugando al tute subastado y al billar.

El Club de Empleados
............Situado en la planta baja de las Oficinas Generales, contaba con un amplio salón, que inicialmente era de uso exclusivo para empleados. Disponía de biblioteca, mesa de billar y juegos de mesa, además de una bodega ubicada en las proximidades, con una galería de unos 10-15 m de profundidad, hecha en la roca para este fin, en la que se mantenían frescas las bebidas. En su salón se celebraban bailes durante la Navidad, organizados por los jóvenes y amenizados con la músi­ca de los antiguos tocadiscos, y en invierno se proyectaban películas de cine. También en esta dependencia y durante algún tiempo, se colocaba el cajero los sábados para dar el anticipo a los obreros como adelanto del salario.

El Casino
............Mis primeros recuerdos son de abandono y deterioro, quizá resultado de la guerra civil, tras la que se usó como escuela. Amplio local dividido en dos par­tes por una mampara desmontable de madera; por un lado se encontraba el salón-bar de usos varios, mientras por el otro estaba el ambigú y el escenario para el teatro y otros espectáculos, como los que esporadicámenle llegaban a la mina en los años 50, de artistas ambulantes, algunos de origen húngaro, portando sus bártulos en carrozas tiradas por bestias, que actuaban en el Casino y ofrecían variados números circenses de contorsionista y juegos malabares, amenizados por música de acordeón, trompeta, tambor y otros instrumentos. Había actuaciones con ani­males: perros bailarines, la cabra en la escalera..., y en el intermedio del espectá­culo se rifaba una botella de anís, o algo parecido, ofreciendo al público la compra de las tiras de números, lo que algunas veces hacía eterno el tiempo de espera hasta completar la venta.

............Este local era el lugar de encuentro diario de los hombres que, después de terminar la jornada de trabajo, acudían para echar sus partidas de cartas, domi­nó y billar, siempre acompañados por copas de aguardiente, cervezas y vinos con tapas. Los que no participaban de estos juegos alternaban en la barra del bar, con­sumiendo copas, café y tiempo, o se sentaban en la marquesina para charlar y observar el paso de la gente por la carretera.
............A raíz de la construcción de la parroquia en los años 60-61, el primer Párroco, D. Benjamín Pérez de León, se preocupó de la restauración del Casino. Allí se colocó el primer televisor en blanco y negro, participando en su instalación el director de la mina D. Teodoro Barabásh. Con la reforma, además del ABC de Sevilla, llegaban otros periódicos, como el deportivo Marca y el taurino El Ruedo.

El cine
............Con la compra de la mina por los españoles la Compañía adquirió una máquina portátil para películas de 16 mm. Las proyecciones tenían lugar los fines de semana, siendo la primera en la Casa Dirección, exclusivamente para el direc­tor y su familia. La siguiente, para los vecinos de La Peña Abajo: en invierno en el club de empleados y en verano en la plaza del Centro, junto a la fuente decorativa situada frente a las Casas de Empleados. La última proyección era en Los Cuarteles, unas veces en la Escuela y otras en el Casino. En verano, en el Paseo, y las sillas las teníamos que llevar de casa. La censura entonces vigente también se hacía cumplir aquí. Recuerdo la interrupción de una proyección, seguida de la pre­sencia del cura muy enojado y diciendo que abandonaran la sala los niños porque la película era para mayores, al tiempo que se le escuchaban comentarios del tipo: "Luego, se quejarán las madres de que las hijas les salgan bailarinas ".


El fútbol
............A unos 300 metros de la población por la carretera del Huerto del Loco, estaba el campo de fútbol, en parte excavado en el suelo de pizarra y parte relleno de estéril del vacie que había en las inmediaciones, ofreciendo un aspecto multi­color que hizo llamarle Campo del Arco Iris. Por sus condiciones, es fácil com­prender que las caídas eran temibles y siempre había quien acababa sangrando. Como era de esperar, se constituyó un equipo con todos los "perejiles": indumen­taria reglamentaria con el escudo bordado a mano por alguna vecina en las cami­setas, estatutos y entrenador, al tiempo que se organizó una liguilla entre las pobla­ciones cercanas, a las que se acudía montados en la caja de un camión de la mina.

Miguel Vázquez Vázquez

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