06 junio 2012

Piedras de jaspe que adornan el Palacio Real ( I )


No es desconocido para Valverde y la Cuenca Minera, el hecho de que piedras de jaspes  fueron sacadas en el siglo XVIII por orden de la Corte Real para el ornato de distintos edificios reales. Este hecho también está documentado. En 1988, el profesor de la Universidad de Sevilla Teodoro Falcón Márquez dio prueba de ello aportando en el I Congreso Nacional Cuenca Minera de Riotinto unos Documentos sobre jaspes utilizados en el Escorial y en el Palacio Real de Madrid, procedentes de la cuenca minera y su entorno que conserva la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla en un manuscrito del s. XXIII en el que se alude a “varias canteras ubicadas en la Sierra de Aracena y en el Andévalo, concretamente en los términos de Campofrío, Río Tinto y Valverde del Camino”. 

Teodoro Falcón en su ponencia basada en el documento sevillano, respecto a las piedras sacadas de Valverde, expone  que en 1761 se descubrieron canteras de jaspe (o diáspero sanguíneo, que es la denominación que se utiliza en los documentos históricos para aludir a la piedra de jaspe) semejantes a las de Campofrío, en la Sierra de Aracena, de donde se había sacado jaspe para la decoración del Tabernáculo y el Retablo Mayor del Monasterio de El Escorial, en las minas de Riotinto y en Valverde del Camino y que “estos hallazgos interesaron vivamente a la corte, especialmente debido a la política constructora de Carlos III”.El profesor Falcón Márquez refleja en su comunicación que en 1761 Francisco Sabatini fue nombrado Arquitecto real, siendo una de sus tareas principales continuar la construcción del Palacio Real de Madrid “haciendo los proyectos de construcción del ala sudeste, al ampliación de la capilla, la escalera monumental, la planificación general de los jardines y gran parte de la decoración del edificio”. Cuenta también Falcón que la aparición de las canteras de jaspe de Valverde y Riotinto “atrajo la atención de Sabatini, quien en una abundante correspondencia se interesa por las canteras de Riotinto, cuyas piedras tenían la veta más blanca, más brillante. Sin embargo a causa de que quería unos bloques de una medida determinada, desestimó las piedras de Campofrío y de Riotinto, solicitando las de Valverde del Camino. Esta cantera había sido descubierta casualmente por don José Díez de la Fuente. Según dice el documento, la halló yendo de caza, entrando a buscar sombra en una cueva”.

Basándose en el expediente documental sevillano, Teodoro Falcón asegura también que “en 1766 partieron de aquí (Valverde) carretadas de piedra para adornos del Palacio Real, vía Sevilla”. Con respecto a las medidas y al color de los bloques de jaspe extraídos de las canteras valverdeñas, el manuscrito sevillano utilizado por Falcón asegura que “la cantera (es) de buen rojo y blanco y donde se ha sacado una tabla de un pie de grueso, seis de largo, dos y medio de ancho y medio de grueso; otra de cuatro y medio de largo y uno en cuadro de grueso, que es buena para alguna columnita; varios otros pedazos trapecios  que se desmontaron para sacar las tablas, pero todos hermosos y sólidos”. Además del profesor sevillano, el valverdeño Gumersindo Guerra-Librero también ha atestiguado con documentación en varios escritos suyos la presencia de estas piedras valverdeñas en el Palacio Real. Pero en los datos aportados hasta el momento se desconocía, por ejemplo, cuál era la cantera de la que se habían extraído estas piedras de diáspero sanguíneo o que desde la Corte se había vuelto a mandar años después a sacar de las canteras valverdeñas más piedras de jaspe para el Palacio Real. 

Texto y Fotos: Ana Castilla/ Juan Carlos Castilla

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