Las carencias alimenticias de hierro y vitaminas del grupo B, especialmente de ácido fólico y B12, son la causa de la mayoría de anemias. Una dieta rica en estos nutrientes ayuda a prevenirla.
Palidez, fatiga, frío, palpitaciones, cefaleas... son algunos de los síntomas de la anemia, que suele
deberse a una deficiencia de hierro, ácido fólico o vitamina B12. La cantidad diaria necesaria depende de la edad y el sexo. Excepto en el embarazo, se precisan unos 15 mg de hierro, de 180 a 200 mcg de ácido fólico y 2 mcg de B12.
- La anemia por falta de hierro es la más habitual y puede ser debida a una dieta incorrecta, malabsorción intestinal o excesiva pérdida de sangre por hemorragias, menstruación, cirugía o tumores. El organismo forma menos glóbulos rojos y más pequeños, con una menor cantidad de hemoglobina, la proteína que transporta y libera el oxígeno a las células.
- La carencia de ácido fólico o vitamina B12 produce glóbulos rojos grandes y frágiles. La de B12 se debe con frecuencia a una malabsorción por déficit de factor intrínseco (una proteína gástrica), mientras que la de ácido fólico es más habitual cuando las demandas aumentan. Se aconseja a los veganos tomar un suplemento semanal de 2.000 mcg de B12.
1. Lentejas. Una fuente muy buena de hierro (9 mg/100 g), aunque al ser de tipo no hemo (vegetal), deben ingerirse con alimentos ricos en vitamina C. También aportan grandes cantidades de nutrientes que propician la formación de hematíes, como los folatos (215 mcg/50 g) y el cobre (0,425 mg/50 g).
2. Pistachos. Una buena fuente de hierro (6,78 mg/100 g) y cobre (1,2 mg/100 g), dos minerales que al combinarse tienen un efecto antianémico superior al de un preparado farmacéutico de hierro solo.
3. Alfalfa germinada
4. Avena
5. Higos secos
6. Kiwi
7. Levadura de cerveza
8. Miso
9. Remolacha roja
10. Alga chlorella
Rosa Guerrero
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