18 septiembre 2014

Uva

Cada grano de uva encierra un pequeño tesoro. Alberga poderosos antioxidantes que ayudan a prevenir los trastornos cardiovasculares y el cáncer, pero también sustancias que, al actuar en conjunto, depuran y revitalizan el organismo.

Energía sana y jugosa

La uva es un delicioso alimento medicinal, ya que sus nutrientes naturales activan el organismo.
Además de ser fuente de vitamina C y contener betacaroteno, aporta vitaminas del grupo B, esenciales para el equilibrio nervioso y que facilitan el metabolismo y la correcta absorción de sus azúcares. Entre los minerales destacan el potasio, el cobre y el hierro, si bien posee también calcio, fósforo, magnesio, manganeso, azufre y selenio.
La uva es energética, pues contiene abundantes hidratos de carbono (17%) de rápida asimilación, que se enlentece gracias a su fibra. Contra lo que se suele creer, su índice glucémico (IG) no es alto, sino medio (45). Por otra parte, los estudios demuestran que gracias a sus fitoquímicos la uva ayuda al equilibrio glucémico de la sangre, porque estimula el páncreas y la producción de insulina.
Incluso la uva pasa, con un 60% de glúcidos (y un IG de 65), se puede considerar moderada si se tiene en cuenta la concentración de nutrientes que aporta consumiendo muy poca cantidad.
Por todo ello resultan idóneas en personas con gran desgaste energético. Mejoran el estado de ánimo y ayudan a reponerse del cansancio, al combinar los carbohidratos con las vitaminas B.

Un eficaz depurativo

El aporte calórico de la uva queda compensado por capacidad depurativa. Contiene más de un 80%

de agua que ayuda a aligerar el organismo. Su calcio (15 mg/100 g) y otros elementos alcalinos estimulan el hígado, órgano que equilibra la acidez de la sangre, la limpia y la hace más fluida, con lo que actúa poderosamente en las transformaciones orgánicas. Del mismo modo, su potasio (183 mg) y ácidos orgánicos estimulan los riñones facilitando su acción diurética y la eliminación de sustancias de desecho, como el ácido úrico. La uva es también un laxante suave. Este efecto depurativo se ha usado desde antiguo para realizar curas de otoño. Es adecuada también en trastornos renales, de piel, retención de líquidos, artritis o gota.
Cómo hacer una cura de uvas.Se toma solo uva hasta saciarse 5 veces al día, durante 4 días, variando el tipo de uva si se desea. Las dulces son más nutritivas y las ácidas, más depurativas. Otra versión más suave es mezclar la uva con otras frutas de temporada. Y aún más asequible es tomar uva en el desayuno y la cena, y ensalada o una comida suave a mediodía. Es importante evacuar una vez al día, aunque sea con ayuda de una infusión de malva o un enema, y evitar las tensiones y un exceso de actividad física. Antes de empezar conviene consultar con un profesional de la salud y debe evitarse en la colitis, la diabetes o tras una larga convalecencia.

Resveratrol… y muchos otros antioxidantes

Lo que hace de la uva una fruta tan singular es que se trata de una baya y, como tal, es rica en fitonutrientes.
Las uvas negras son ricas en antocianinas, que aportan su bonito color morado, y resveratrol, mientras que en las blancas destaca la quercitina. El efecto de todas estas sustancias sobre la salud es tan evidente que ha provocado numerosos estudios al respecto.
Algunos de estos productos se pueden tomar en comprimidos, pero en la uva se hallan de forma conjunta y en una combinación ideal que complementa sus múltiples beneficios, entre ellos su capacidad antioxidante.
Por otra parte, estos compuestos se caracterizan por ser antiinflamatorios, antimicrobianos y anticancerígenos.

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