El cansancio y el
desánimo primaverales pueden ser una llamada del cuerpo a revisar ciertos
hábitos. La medicina china invita en esta época a prestar más atención al
hígado cuidando, por ejemplo, los alimentos, el ejercicio y la apertura
emocional.
Los mejores aliados para cuidar el hígado
Los mejores aliados para cuidar el hígado
Un hígado equilibrado
ayuda a mantener un buen nivel de energía en primavera.
Alimentación.El sabor del hígado es el ácido, y el
color, el verde. Los alimentos más adecuados son: hojas tiernas y verdes,
brotes, judía mungo, soja, mijo, semillas de loto, setas, calabacín, nabo,
apio, etc. También el té verde, el zumo de limón y las frutas del tiempo.
Plantas útiles.Favorecen al hígado en esta época:
Manzanilla: suaviza el hígado, restaura el chi de estómago.
Cardo mariano: ayuda a recuperar la función hepática, pero hay que tener
cuidado en caso de insuficiencia y frío de bazo y estómago.
Menta: fresca, activa el chi de estómago.
Hinojo: activa el chi de estómago calentando.
Anís: activa el chi de estómago y calma el dolor.
Chai hu (Bupleurum chinense):
desbloquea el hígado y sube el yang.
Bai shao (peonía china): nutre la sangre y
controla el yin, suaviza el hígado y es analgésica; puede regular la regla y
disuelve las masas.
Piel de mandarina seca: tonifica el chi de
estómago y ayuda a desbloquear los acúmulos.
Ejercicio para liberar emociones contenidas
Desprenderse de las emociones negativas ayuda a canalizar el chi de hígado.
Ejercicio para liberar emociones contenidas
Desprenderse de las emociones negativas ayuda a canalizar el chi de hígado.
Darse permiso.Se recomienda realizar este ejercicio a
campo abierto. Se busca un lugar donde nos sintamos cómodos y, una vez
encontrado, ponemos nuestra atención y deseo en pedir permiso al cielo, la
tierra y todos los seres vivos para realizar el siguiente trabajo: permitirnos
sacar la rabia, la frustración, el enfado, la pena y el miedo de la manera más
directa, sin prejuicios ni tabúes.
Dejarse ir.En ese espacio de liberación, podemos ser
niño o niña y llorar, gritar o patalear tirados en el suelo: llorar por los sentimientos
ahogados entre dientes, gritar lo que no se haya verbalizado por los buenos
modales y patalear por los enfados encajados entre músculos y tendones.
Buscar la calma del
árbol.Una vez terminado el
ejercicio, se armoniza la respiración y nos acercamos a un árbol para abrazarlo
y sentir cómo palpita en nuestro pecho hasta que nos hayamos calmado. Para
acabar, le damos las gracias a ese árbol.
Wen-Hsiu Hu Wen
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