El transporte del mineral desde la Cuenca hasta Huelva obligó a definir un trazado ferroviario que, en ocasiones, necesitó de la construcción de puentes que salvaran la orografía del terreno. Estructuras que forman parte de la personalidad de Huelva, ejemplos únicos de la arquitectura industrial del siglo XIX.
El desarrollo de Huelva permanece unido en muchos aspectos al ferrocarril, debido fundamentalmente a que la actividad minera e industrial dependió durante décadas de este medio de transporte. Así sucedió con el tren que unía Huelva con Riotinto, que desde finales del siglo XIX y buena parte del XX trasladaba el mineral desde la Cuenca hasta la capital onubense.
Para el trazado del ferrocarril se aprovechó el trazado del mismo río Tinto,aunque esto conllevara diferentes problemas a causa de la orografía de la provincia de Huelva. La única solución para solventar la situación geográfica fue la construcción dediferentes túneles y puentes. Una serie de proyectos que se convirtieron en hitos de la ingeniería y la arquitectura inglesa. Eso a pesar de que algunos de ellos pasen hoy en día desapercibidos.
Por este motivo, en esta ocasión hemos querido retomar el trabajo realizado por los investigadores E. Romero Macías, J. L. Gómez Díaz, J.M. Dávila Martín y Fco. Javier González Márquez de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Huelva, que ponen de manifiesto que la construcción del ferrocarril desde Huelva hasta las minas de Riotinto, que se llevó a cabo entre junio de 1873 y julio de 1875, estuvo marcada en gran parte por las características del terreno”. Es cierto que entre el primer tramo desde la capital hasta la estación de Gadea, en término de Villarrasa, no hubo grandes dificultades. Pero no fue lo mismo en los 50 kilómetros situados desde este punto hasta las minas. Y es ahí donde se hizo imprescindible el diseño de puentes que salvaran los problemas del terreno.
Fue así como se idearon diez puentes, que siguen formando parte de la arquitectura onubense, como son el Puente sobre la Rivera del Nicoba, sobre el Arroyo Candón, Puente de Niebla sobre el Río Tinto, sobre el Arroyo Giraldo, sobre el Río Corumbel, Puente de Manantiales sobre el Río Tinto, Puente Salomón sobre el Río Tinto, Puente del Manzano sobre el Río Tinto, el Puente de Berrocal sobre la carretera Zalamea la Real-Berrocal y el Puente Cachán sobre la Rivera Cachán.
Son construcciones de enorme interés que merecen estudio pormenorizado de cada uno de ellos, si
bien en este artículo os proponemos un acercamiento a cada una de estas infraestructuras, que tienen varias características en común, como es el hecho de que atraviesan el río en sentido diagonal al ir de un margen al otro, además de que en todos había una vivienda habitada por el vigilante y su familia, una figura que fue desapareciendo a medida que se solventaron los incendios que se producían en sus estructuras de madera.
Para comenzar, el Puente sobre la Ribera de la Nicoba está situado en el término municipal de Huelva. Con seis kilómetros de recorrido, tiene la peculiaridad de ser el único que tiene pilares metálicos. Su longitud era de 75 metros aproximadamente, divididos en doce vanos iguales entre sí. Paralelo a éste discurre uno de los 12 puentes de la vía férrea Sevilla-Huelva, construidos en 1880 por Thomas Gibson quién a la postre llevaría a cabo la reconstrucción del puente Salomón en 1888.
El segundo puente se encuentra sobre el arroyo Candón, en el término municipal de San Juan del Puerto. Con seis metros de elevación, el puente tiene treinta metros de longitud, de tres vanos iguales. Está formado por tres tamos que se apoyan sobre pilares de fábrica cimentados sobre el arroyo. De forma paralela a este puente, actualmente reconstruido, discurre uno de los doce puentes de la vía férrea Sevilla-Huelva, construidos en 1880 por Thomas Gibson, como indican los responsables del estudio.
Muy conocido es también el Puente de Niebla sobre el río Tinto, situado en el mismo término de Niebla que es, además, es bastante extenso al contar con 140 metros, dividido en seis tramos iguales. La anchura del puente es de 3,60 metros y posee dos aceras laterales de un metro cada una con barandillas. El puente es del tipo doble cajón de celosía, circulando los trenes sobre su parte superior con varias peculiaridades, como sucede con el hecho de que las vigas no tengan continuidad entre los tramos.
El cuarto de los puentes del ferrocarril de Riotinto está situado sobre el arroyo Giraldo, en el término municipal de Villarrasa. Se trata de un puente de un sólo ojo y de 10 metros construido por estribas de mamposterías y un tramo de hierro. Según explican los investigadores, “el procedimiento aquí empleado es el mismo que el del Puente Berrocal, con la lógica diferencia del canto de las vigas por la diferencia de la longitud a salvar”, conservándose en la actualidad relativamente bien, ya que se utiliza para el tránsito de los agricultores.
Por su parte, el Puente de Corumbel sobre la Ribera del Corumbel, situado en el término municipal de La Palma del Condado, es de mampostería, con pilar central y dos arcos rebajados. Con una longitud de veintidós metros, se reforzó en el año 1948. Una estructura que se ha visto mermara debido al problema de los expolios registrados en los últimos años, puesto que, hasta el verano de 2007, eran visibles en la orilla del río, justo debajo del puente, una rueda de vagón tipo A y su eje, como recogen Romero Macías, Gómez Díaz, Dávila Martín y González Márquez.
En el término municipal de Niebla se encuentra el Puente de Manantiales sobre el río Tinto, que se construyó en 1888 a causa de una riada junto al puente Salomón, aunque posteriormente fue reformado por completo en el año 1931. Con cincuenta metros de longitud, su diseño primitivo era de tres apoyos y cuatro vanos, permitiendo ampliar su tamaño y su capacidad. Desgraciadamente, los problemas de robos y expolios afectaron especialmente a este puente, que en 2009 sufrió daños por valor de más de 15.000 euros.
También en Niebla se hallan los Puentes Salomón sobre el río Tinto, estudiado por Manzano Barrero. El primero de ellos se construyó entre 1873 y 1875, mientras que el segundo data de 1888 -después de que el primero fuera destruido por una gran riada-, siendo reformado en el año 1932. Aunque sobre el primitivo son pocos los detalles que se conocen, sí puede apuntarse que tenía tres tramos de vigas de hierro, reemplazado por uno de acero, teniendo un diseño mucho más sencillo que el actual. Como curiosidad, comentar que la construcción de este puente actual, que se desarrolló durante un año, se vio afectada por las huelgas del Año de los Tiros (1888). En la actualidad, el puente Salomón se encuentra muy deteriorado.
El Puente Manzano sobre el río Tinto es el octavo de los puentes, situado en esta ocasión en término municipal de Berrocal. Cuenta con 54 metros de longitud, conservándose como en la época de su construcción, siendo muy parecido al primitivo de Manantiales. Entre sus principales características podemos destacar su posición estratégica, entre la salida del túnel y las ruinas del apeadero, que para los autores del trabajo de investigación “podrían hacer a este enclave un lugar ideal donde construir un sistema de alojamientos y recepción de visitantes que desearan conocer el “núcleo” de la línea, entre Berrocal y la Estación de Gadea, cercana a La Palma del Condado”
El Puente Berrocal sobre la carretera de Zalamea la Real-Berrocal es de un sólo ojo de unos ocho metros construido por estribas de mamposterías y un tramo de hierro. Se encuentra enclavado en el término municipal de Berrocal.
Por último, el Puente Cachán sobre la Ribera Cachán, también situado en Berrocal, cuenta con veinte metros de longitud y un diseño muy sencillo, conservándose con el diseño original de George B. Bruce. Eso sí, en 1933 se construyó un nuevo puente para peatones, una pasarela que cruza el río Tinto y que comunicaba al pueblo de Berrocal con la Cuenca Minera por el camino más corto, en término municipal de El Campillo.
Tras este recorrido, podemos resaltar las conclusiones de este trabajo de investigación en las que queda claro que “la construcción de puentes sobre el trazado del ferrocarril de Riotinto, más que una obra que solventara los problemas de transporte, fue una obra de ingeniería vanguardista por su tipo de arquitectura“. Elementos que hacen única a la provincia de Huelva, ejemplos claros de la arquitectura industrial del siglo XIX que, además, ayudó a configurar el trazado del ferrocarril onubense. Un trazado que finalizó el 23 de marzo de 1876 con el Muelle Embarcadero del río Odiel en la capital onubense, mal denominado de forma popular el ‘Muelle del Tinto’. Obras, sin duda, emblemáticas y simbólicas de la provincia de Huelva.
Mari Paz Díaz.
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